Lucio Muñoz (Madrid, 1929-1998) marca su aportación al arte contemporáneo, al utilizar desde la libertad y la improvisación diferentes materiales, como madera, madera quemada, pinturas en soportes rígidos; un construccionismo en el que lo formal y lo informe aparecen como objeto y sujeto de un proyecto en el que el caos armónico de las composiciones expuestas hace verdad la afirmación del artista, de que hay que dominar la técnica para luego poder reírse de ella. Y así rompió cánones y su obra adquirió la solvencia de lo trascendente.
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