Creció en Gante, Bélgica, en los años 80, e hizo sus primeras intervenciones en las paredes y bajo los puentes de su ciudad, donde fue tachado en numerosas ocasiones de vándalo por las autoridades locales que han intentado en más de una ocasión borrar sus obras pintando encima. Un grave error del que seguro se arrepentirán ahora que tener un mural suyo empieza a ser un signo de distinción, pero algo con que los artistas urbanos cuentan.
Al contrario de lo que pueda pensarse por pintar al aire libre, la prioridad de ROA no es atraer a gran cantidad de público. Suele trabajar mucho en lugares abandonados y antiguas zonas industriales que ya no se utilizan.
Puedes encontrar las obras de ROA en diferentes ciudades europeas como Londres, Berlín y Barcelona, así como en su ciudad natal de Gante. Además, de vez en cuando se deja caer por los EEUU, sobre todo por Nueva York.
